El método del coste completo, considera a los efectos del cálculo del coste industrial de un producto, todos los costes operativos incurridos para su fabricación, tanto sean directos como indirectos, como fijos o variables.
El método del coste completo permite:
- comparar el coste industrial de un producto con su precio de venta, y medir consecuentemente su margen industrial
- ofrecer una valoración real de los inventarios permanentes de productos terminados y productos en curso
Las limitaciones atribuidas al sistema son las siguientes:
- no ofrece una información adecuada para tomar ciertas decisiones, como la de dejar o no de fabricar un producto
- no permite observar desviaciones sobre unos costes considerados como ideales
- no facilitar información sobre los productos más rentables, cuestión que se resuelve con el direct costing
Para atribuir los costes a los productos, es decir, calcular los costes unitarios de los productos, la primera cuestión a resolver es la de establecer criterios básicos a partir de los cuales esta atribución de los costes se realizará.
A estos efectos los costes se clasifirán en tres clases:
- Costes directos de productos y variables respecto a su nivel de producción (materias primas,y considerarse así, la mano de obra directa)
- Costes directos de los productos , pero no variables respecto al número de unidades producidas (costes fijos, preparaciones de máquinas, etc)
- Costes directos de los productos, la mayor parte de los cuales serán fijos
Primer grupo
La atribución de los del primer grupo es fácil, ya que basta con una medición directa de consumos y tiempos.
Segundo grupo
Es algo más dificultoso, ya que la mayor dificultad reside en la definición del denominador (nº de unidades efectivamente producidas). Pueden producirse fluctuaciones significativas en el coste unitario obtenido en función del nivel temporal de actividad de empresa. Este problema puede resolverse tomando como denominador la capacidad media de producción con un uso eficiente de las instalaciones.
Tercer grupo
Es el más complejo, y la razón de ser de todas las variables existentes en los sistemas de costes: el reparto de todos aquellos costes que son comunes a diferentes productos y a departamentos y centros de costes en general. Aún siendo costes reales de fabricación, no son identificables respecto a los productos, razón por la que es necesario repartirlos si se quiere tener una cifra que represente el coste completo y pueda servir de guía para la evolución de su rentabilidad.
La existencia de este tercer grupo de costes, cuya relación con el producto es muy indirecta, hace que el reparto de los costes al producto, en los sistemas de costes denominados convencionales, se realice en las siguientes etapas:
- Establecer en primer lugar unas agrupaciones de costes, o centros de costes, que se repartirán después o los productos con el mismo criterio de distribución (Pueden ser centros de producción o servicios).
- Para cada agrupación de costes de servicios (aquellos que no tienen una relación directa con el producto), se establece una base de reparto que se usa para asignar sus costes a los distintos centros de costes de producción.
- Dentro de cada centro de coste de producción, los costes asignados en primer lugar, más los procedentes de los centros de costes de servicios, se reparten a las unidades de productos de acuerdo con alguna base de reparto que parezca adecuada. (Generalmente volumen de mano de obra u horas - máquina incorporada).
El cuado siguiente muestra este proceso de forma esquemática.
Ver Gráfico
A los sitemas que siguen este esquema de reparto se les denomina sistemas de costes "convencionales", clásicos o tradicionales, a diferencia de los sistemas de coses basados en la actividad (ABC), bastante en auge en la actualidad.
Tanto en el segundo paso como en el tercero del esquema se requiere efectuar repartos de costes que deberán realizarse de acuerdo con algunas bases lógicas de causa-efecto. Deberán elegirse criterios de proporcionalidad que mejor representen la variación conjunta de la agrupación de costes respecto a la producción.
Algunas de las bases de reparto más usadas en la práctica son las siguientes:
- Horas: Horas o importe de la mano de obra directa, de manera especial para asignar costes a las unidades de productos en el tercer paso
- Horas-máquina: horas-máquina en sustitución del anterior, o para repartir gastos relacionados con la maquinaria
- Metros cuadrados: metros cuadrados de espacio ocupado, para costes de ocupación
- Kilovatios: kilovatios de potencia instalada para costes de energia
- Valor contable: valor contable de las existencias, para repartir gastos de almacenamiento seguro
- Costes directos: costes directos totales, para repartir costes indirectos al producto.
En general cabe distinguir cuatro categorias en las técnicas de asignación de costes a los centros productivos:
- Las relaciones con la superficie ocupada
- Las que reflejan los servicios recibidos, medidas convenientemente
- Las de base de servicio: valor del equipo, plantilla, etc
- Las de magnitud relativa, a falta de otro criterio (mano de obra total + gastos de fabricación)
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